La depresión en niños y adolescentes puede manifestarse de formas distintas a las que se observan en los adultos. En muchos casos, se expresa a través de irritabilidad, bajo rendimiento escolar, aislamiento social, pérdida de interés por actividades que antes resultaban placenteras o cambios en el apetito y el sueño. Detectar a tiempo estos signos es esencial para prevenir consecuencias emocionales y académicas a largo plazo.
Tristeza persistente, llanto fácil o apatía.
Irritabilidad o enfado constante sin causa aparente.
Pérdida de interés por juegos, estudios o actividades sociales.
Dificultades de concentración o descenso en el rendimiento escolar.
Cambios en el sueño o el apetito (dormir o comer demasiado o muy poco).
Sentimientos de culpa, inutilidad o baja autoestima.
En adolescentes, pueden aparecer conductas de riesgo o pensamientos autodestructivos.
El tratamiento se adapta a cada caso, teniendo en cuenta la edad del menor, la gravedad de los síntomas y su entorno familiar. En Gabinete Fonos combinamos diferentes enfoques terapéuticos:
Terapia cognitivo-conductual, para ayudar al niño o adolescente a identificar y modificar pensamientos negativos.
Terapia emocional y de apoyo, centrada en la expresión y gestión de las emociones.
Trabajo con las familias, para ofrecer orientación y estrategias que favorezcan un entorno emocionalmente saludable.
Coordinación con centros educativos, asegurando que el proceso terapéutico se refuerce también en el ámbito escolar.
El objetivo final es restablecer el bienestar emocional del menor, fortalecer su autoestima y dotarlo de recursos que le permitan afrontar los retos del desarrollo con confianza y equilibrio.
Queremos conocerte y ayudarte desde el primer momento. En Gabinete Fonos te ofrecemos una primera visita gratuita para que podamos escuchar tus necesidades, valorar tu caso y orientarte de forma personalizada.