Las dificultades motrices hacen referencia a problemas en la coordinación y ejecución de movimientos, ya sean amplios (motricidad gruesa) o precisos y delicados (motricidad fina). Estas habilidades son esenciales para el desarrollo físico, la autonomía personal y el aprendizaje escolar, especialmente en las primeras etapas educativas.
Algunas señales que pueden indicar dificultades motrices son:
Torpeza al correr, saltar, subir escaleras o montar en bicicleta.
Problemas para mantener el equilibrio o la coordinación bilateral.
Dificultad para usar tijeras, abrochar botones o manipular objetos pequeños.
Escritura temblorosa, desorganizada o con excesiva presión.
Agotamiento físico o frustración ante tareas motoras.
Retraso en la adquisición de la lateralidad (diestro/zurdo).
El trabajo sobre la motricidad busca fortalecer las bases neuromotoras necesarias para un aprendizaje eficiente.
Valoración inicial para determinar el tipo y grado de afectación motriz.
Actividades dinámicas para mejorar coordinación, equilibrio y fuerza.
Ejercicios específicos de psicomotricidad fina con materiales manipulativos.
Rutinas de lateralidad, ritmo y esquema corporal.
Incorporación de juegos y dinámicas para favorecer el aprendizaje desde lo lúdico.
Coordinación con familias y profesorado para fomentar la autonomía en el día a día.
Queremos conocerte y ayudarte desde el primer momento. En Gabinete Fonos te ofrecemos una primera visita gratuita para que podamos escuchar tus necesidades, valorar tu caso y orientarte de forma personalizada.